Tengo el corazón encogido y es porque no entiendo nada. Me encanta mantener el contacto con las personas y quizás (bueno, esto creo que lo hago bastante mal) me preocupo menos por esas "amistades seguras" (las que sabes que pase lo que pase van a seguir ahí). Me encanta que la gente sepa lo que pienso de ellas, ya sea bueno o malo, esto no sé si es defecto o virtud pero creo que en la verdad siempre está la tranquilidad.
No entiendo las mentiras piadosas, salvo en unos pequeños casos. También me he dado cuenta que a la gente no le gusta dar explicaciones, porque las explicaciones siempre van de la mano de algo que tiene más o menos sentido o que "está bien hecho" o un "perdona, que la he fastidiado".
A la gente hoy en día no le gusta pedir perdón y tampoco le gusta decir la verdad, porque cuando dices la verdad te arriesgas a que te digan la verdad a ti también.
Pienso que la verdad da miedo y también da miedo que alguien llegue a tu corazón.
Por todo esto y mucho más, no voy a dejar de decir la verdad, no voy a dejar de creer en el amor, ni voy a dejar de creer en que la bondad existe.
"No dejes que nadie te haga más daño del que le corresponde y tampoco te creas con el poder de hacer daño, pase lo que pase."
Y aunque suene típico siempre hay una razón para sonreír.
Mientras vivas debes sonreír porque estás viviendo.
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