"Gravitation is not responsible for people falling in love."
Albert Einstein.

miércoles, 22 de enero de 2014

Porque cuando juegas con fuego ya sabes que te quemas

Enero es lo que tiene, que todo el mundo crea expectativas. Hace un par de meses decidí darle un vuelco a mi vida y empezar un nuevo proyecto. Total, ya puestos, la vida dicen que son dos días. Así que pa'rriba y pa'bajo, dejando todo para el final como siempre. La vida son dos días pero esa noche de antes hacen tres.

Y es entonces cuando VUELVES a darte cuenta de que no lo puedes dejar todo para el final, que las cosas se acumulan y que no siempre vas a tener tanta suerte. Porque sí, tú sabes que has tenido mucha suerte. Pero claro, esta vez no iba a ser menos, tus queridos amigos, que son tus verdaderos angelitos de la guarda, ahí están diciéndote que eres un desastre pero que, claro, se van a organizar para ayudarte.

Empiezas a tomar café, redbull, a ponerte en mil posturas, para ver si de alguna manera te apetece empezar. Y miras el reloj y te agobias, llevas tres horas de retraso más. Así no se puede, y piensas que manera sería la menos dolorosa para desaparecer o dormir hasta el mes que viene o pedirle un cambio al "tú" de tus sueños para que ocupe un rato la realidad y se joda. La vida es sueño, ¿no? Pues quiero comprobarlo.

Y puestos a soñar, hoy no llueve y aunque sea de noche, la luna ilumina tu ventana como el sol más brillante del mundo. Y no tienes nada que hacer y te dedicas a regar todas esas plantas que tienes en la ventana. Y no tienes ningún problema, ni preocupación, por eso ríes cuando tus plantas (que sonríen y tienen ojos) hablan sin parar.

Y las velas se mueven al ritmo de la música y tus lunares te hacen cosquillas. Y no puedes parar de bailar y de gritar como una loca porque es lo que toca, ser feliz. Y puestos a soñar, vas y te despiertas. Y cierras los ojos, intentando volver al sueño y ver la cara de aquel chico que pasaba por la calle. Pero nada, no hay manera, siempre que se pone interesante... te deja sorda la alarma y te lleva a la realidad.

Maldita sea, llego tarde, no me da tiempo a desayunar y tengo el pelo sucio. Y así va la vida que te azota de un lado para otro para que valores más tus sueños y te decidas de una vez a ponerlos en práctica. Y que llegando tarde y estando distraída, él se fijó en ti y no te olvida. 

Entonces, abres bien los ojos y empiezas a vivir, sintiendo la tierra bajo tus pies y las nubes rozando tu pelo. Esquivando al viento y bailando en el fuego, como antes y como ahora. Tú ya sabes que todo el mundo quiere fuego, pero no todos están dispuestos a quemarse. 

Y tú lo sabías.