"Gravitation is not responsible for people falling in love."
Albert Einstein.

martes, 6 de septiembre de 2011

Summer time '18 (number one)

Las ganas de más locuras y más sinceridad me llevaron poco a poco al deseo de escuchar como te movías al andar por la arena. Escuchando un tango lleno de espuma, vi bailar a las olas y entre ellas las risas de desconocidos se confundían en una bonita canción.

Una canción en la que la luna y el sol del atardecer hacían un dúo lleno de escalofríos y, ante todo, BELLEZA.

Fandangos entre castillos de arena eran el recuerdo de una gran civilización de jóvenes jugadores de las miradas. Con los ojos cerrados divisábamos malentendidos abrazos, lágrimas de tranquilidad y botellas de ron llenas de cartas "destino: tus sueños".

El respetado mar con fuerza recordaba la importancia de la armonía y de la imaginación. El silencio que a gritos pedía mi alma llegó con un impulso provocador por los celos. Y la rabia fue invocada por unas ganas insaciables de bailar como un tigre en el agua.

Con palmadas recordé tu risa y rápidamente supe que ese era EL DÍA.

EL DÍA que provocaría un punto de inflexión en la Historia. Con una niña llena de vida que se tambaleaba con un gorrito en la arena, sentí alegría y una sonrisa imborrable se escribió en mi cara.

La brisa que se susurraba lentamente atravesaba cada beso lleno de sal. En cada rincón había un gesto lleno de vida y estoy segura de que eran la causa de cada uno de los latidos de mi corazón. A lo lejos vi a una pareja que muchas veces desearía que fuéramos nosotros.

Era una pareja como cualquier otra, pero algo me decía que el amor es eterno, que no desaparece, que no se transforma, simplemente permanece. Permanece, ya sea a la vista o escondido.

Es el eterno incansable. Un abismo lleno de sorpresas, de tiempo, de belleza... Hablo de amor.

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