"Gravitation is not responsible for people falling in love."
Albert Einstein.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Dos de enero.

Nací el 20 de Mayo de 2013, sí sí ayer. Volví a nacer, este es mi dos de enero. 

Estoy empezando una nueva vida pasito a pasito. Lo bueno es que ya sé leer y también sé escribir, pero ahora estoy aprendiendo a leer y escribir más allá. 

Por las mañanas me levanta mi mamá con un susurro y un beso suave en la cabeza. Luego oigo cantar suave una canción que me ayuda a levantarme sin olvidarme la sonrisa. Y mientras pongo los pies en el suelo, me desperezo, estirándome, para recordar a cada parte de mi cuerpo que hoy vamos a ser más felices. Luego mis labios empiezan a tararear mientras mis manos le ayudan a saludar a un cepillo de dientes rosa con sabor a menta.

Me pongo un jersey, porque en la ciudad en la que he nacido aunque sea primavera se dice que hasta el cuarenta de mayo no te quites el "sayo". Y bajo 23 escalones hasta el comedor, un dulce buenos días y un vasito de plástico rebosando café caliente. Así empiezan mis días y así espero que empiecen para siempre.

Por fin estoy siendo valiente, estoy dejando que la vida me sorprenda y sorprendiéndola a ella y a mí misma. (¡Ya era hora!) 

Me gustan las trenzas para concentrarme y me gusta el color rosa para sentirme como en casa. Acabo de nacer y tengo unas amigas que no caben en sí mismas de lo buenas que son. Mi familia cada vez crece más y me gusta. Sé que me quedan muchos sitios a los que no he ido, sitios que tengo que re-descubrir y muchas sensaciones que quiero recordar. Sé que todavía quedan unos cuantos amaneceres que tengo que disfrutar y que ha llegado el momento de dejarme llevar por mi corazón y siempre de la mano de mi mamá. 

Rodearse de la gente que te quiere y que te ayuda a crecer llega un momento en la vida en que es lo único necesario.

jueves, 17 de enero de 2013

Historia de una tragedia

Comer pizza fría, fumarte un cigarro en pijama, el pelo con una coleta que acaba en trenza, ojos maquillados, spotify en línea, un libro gastado, rosas secas en una botella de cristal, cortinas, paredes rosas, cuadros en blanco, un corazón en la mano.

Cuando las cosas van mal pasan muchas cosas por la cabeza. Y ay del pobre que se te cruce porque como tenga algo que ver, ya puede correr. Lo primero que te apetece es gritar y luego, pues, llorar.

Llorar hasta deshacerte en lágrimas. Después piensas si habrá alguien que pueda comprender lo que llevas dentro, ayudar, si serán verdad todos esos sentimientos que se alborotan en ese momento. Puede que todo sea una conspiración del universo para que todo sea fatalísimo.

Las flores se secan y, a veces, no te da tiempo a cantarles todo lo que te gustaría. A lo mejor no lo sabías pero si cantas a las flores son más felices. Bueno, las cosas van mal pero tampoco tanto, total, si va a ser verdad que Dios no te da nada que no puedas soportar.

Salir corriendo y quitarte toda la ropa. Sentarte y respirar profundo. Acercarte al mar sólo para mirar. Mirarte a un espejo y echarte a reír de lo fea que estás cuando lloras. Y a veces, echarte a llorar otra vez de la pena que te das, para después pensar por qué estás llorando y reír sin parar.

Cuando las cosas van mal, te da por la rebeldía, hasta puede que por la estupidez. Y, incluso te pongas muy en serio con tu teoría de que si cruzas sin mirar, nunca te pillará un coche. Pero al final siempre sale una sonrisa, sea por lo que sea.

Sonrisas por culpa de un desconocido que viste gracioso o porque te sonríe al pasar a tu lado, por un "gracias, aquí tiene su cambio" o porque ves a una chica llorando sin parar con una amiga al lado que no sabe que hacer, y que no se te ocurra otra cosa que rebuscar en tus bolsillos, darle una piruleta e irte corriendo.

Buenas noches, soy feliz y estoy segura de que el sol saldrá mañana.

martes, 11 de diciembre de 2012

Algo nuevo y con mucho polvo

He aprendido a hacer de la soledad algo extraordinario. He visto muchas veces a la gente hablando, cantando o escribiendo que se sienten "solos entre un montón de gente". Pues vale, ¿por qué no veis lo extraordinario que puede llegar a ser?

La verdad es que nunca me había sentido así, ha sido una sensación que creo que tendré el día de mi muerte (aunque me siento más viva que nunca).

Mi alma está cantando, mi cuerpo tiembla marcando el ritmo, mi voz se deshace poco a poco mientras todo mi ser entona una melodía que desentona con el resto. A mi alrededor hay repartidas muchas sonrisas y en mi cara se esboza una sonrisa a medias (de esas sin querer, de mandíbula desenfadada).

Evadirme ha podido ser una de las mejores decisiones que podía tomar en este momento, no se me ocurre una forma mejor de calmar mi cuerpo, está fuera de sí y no puedo controlarlo. Ahora mismo, estoy completamente fuera de lugar, de aquí y de mí misma.

Gritos desgarrados agitan mi alma, quiero llorar y parece que va a ser inminente. Empiezo poco a poco a comprender lo que me pasa, estoy en plena REVOLUCIÓN.

Tengo la piel de gallina, las manos frías, los pies fríos también. Voy a fumar hasta que me queme el cuerpo, hasta que me consuma por líneas como un absurdo cigarro, a ver si así consigo calor. Y a mi alrededor hay charcos de los que rebosan tinta, en ellos salta un corazón con unas botas amarillas manchadas de lágrimas.

Sinceramente, tengo algo de miedo, miedo a ser absorbida por otro(s) y me he dado cuenta a la vez que no hay otro ritmo que el que te marcas tú mismo. Pero noto que me siento sin tono, a destiempo, tocando con otra partitura, mis rodillas son unas castañuelas que no paran, frenéticas, mis pies dan palmas y sobrevaloran lo que tengo dentro. Mi cuerpo va a explotar, mi mano no puede escribir más rápido de lo que quiero y me estoy poniendo nerviosa.

Me muero por escuchar una voz amiga y mi rabillo del ojo no deja de traicionarme (haciéndome pensar que estás aquí conmigo, que te has acercado sin que me dé cuenta). ¿A dónde tengo que ir? Me apetece correr, me apetece desmayarme, no quiero esperar más, QUIERO ARDER.

Y estoy ardiendo, no te acerques porque te puedes quemar. Velas, manos que calentar. Música, bailando en el aire. Me tiemblan las manos más de lo que me gustaría. Cuadros, llenos de gente, distraídos creen que nadie les ve pero ahí estoy yo. Miro y miro y miro, veo como un señor (al que le falta una oreja) se despide de mí con la mano, me está mirando a los ojos (uf, eso me ha dado miedo).

Miro a mi alrededor y veo dormidos besos de fuego, manos que intentan atraparlos (pero no pueden porque están muertas). La luz de la inspiración lleva encendida un buen rato y de aquí no va a salir nadie. Quiero esconder lo que estoy sintiendo, quiero seguir sintiendo y gritar más en el silencio, en esta esquina arropada por todo este cariño que me inspira la Galerna.


martes, 27 de noviembre de 2012

A través del espejo.

Hoy mi cuarto se me hace demasiado grande, quizás es que está estrictamente ordenado o que hoy mi espejo me ha mostrado otro punto de vista, algo como un mundo paralelo.

Lo del mundo paralelo no es nada original, o cómo lo de verte en el reflejo y no reconocer exactamente a la persona que tienes enfrente. Pero la verdad es que nunca había sido consciente de lo grande que se me hace este cuarto.

Siempre he pensado que era "My place" como el sitio que es mío y de nadie más, que me pertenece como si fuera parte de mi cuerpo. Paredes rosas, muy claras, techo blanco y bueno, es que aunque no quiera transmite paz. Hace que la funda de mi guitarra grite con su rojo que hace mucho que no la mimo. Me gustaría poder mimarte más preciosa y bueno, que a mí también me mimaran fíjate tú por dónde.

Me gusta arrancar hojas de mi cuaderno de diseño favorito y aplastar ahí los sentimientos que quiero que me acompañen cada día. Dejo que algunas caras me sonrían en la pared también y demuestren la felicidad que tiene cada día.

Me alegro de no vivir sola porque no sabría como llevar la inmensidad conmigo misma. Las flores ayudan bastante, hay muchas rosas secas y algún clavel, ah bueno y también una rosa en su mayor esplendor por cortesía de un buen amigo. Un globo del mundo que puede hacer también de pelota de piscina, muchos discos, muchos de los Beatles, muchos de música francesa y libros, libros, libros.

You are the one. Algunas cosas cambian de sitio por la noche para que yo pueda descubrirlas al día siguiente y muchas cosas salen de los cajones para hacerme tropezar por la mañana y que de un golpe me despierte.

We are the recklees, WE ARE THE WILD YOUTH.

En mi mesa, hay una lámpara de cuando mi padre iba al colegio (tendrá unos 50 años o más) es preciosa y se dedica a iluminar mis pensamientos cuando lo necesito, de metal gastado con algún que otro golpe y un cable que solo Dios sabe como aguanta. Una lámpara de pie ilumina con una luz cálida todos mis días y hace que parezca que el día sonríe para mí. Faltan unos farolillos de colores divirtiéndose a mi costa para los momentos más especiales (pero pronto estarán con nosotros, están en una bolsa).

Hoy mi cuarto se me hace demasiado grande y me encantaría compartirlo con alguien, sacar la otra cama y tener que saltar para poder bailar a gusto.

Hoy te echo de menos, hoy me gustaría que estuvieras aquí y hoy no estoy segura de quién eres o serás.


lunes, 5 de noviembre de 2012

Un vicio se sustituye con otro vicio.

Siempre me han gustado los vicios, supongo que a todo el mundo. Son esenciales en la vida de las personas y todos tenemos unos cuantos. Escribo esto porque me apetece fumarme un cigarro y no tengo tabaco. Bueno, tengo un cigarro roto y lo voy a recomponer.

A ver, lo que iba diciendo que siempre tenemos un vicio. Ya sea el tabaco, la música, estudiar (sí, aunque parezca mentira te puedes viciar a estudiar), un chico, una chica,la coca-cola... Vicios, vanas obsesiones, claramente son obsesiones, algunas se hacen tan fuertes que tu cuerpo te los pide.

Llenan esa parte del cerebro que necesita estar ocupada, ya sea por la acción del vicio en cuestión o por ese tiempo muerto que llena con el deseo. Desear, vicios, obsesión, todo va de la mano. Sí es que al final, lo que me da más angustia, es que la mayoría de nuestros vicios nos los ha creado alguien ajeno a nosotros y la mayoría de esas personas ya han desaparecido de nuestras vidas. Así que, fenomenal, te vas de mi vida y encimas me dejas un vicio que olvido que me lo has creado tú.

Total, que lo que somos es por la gente que nos hemos encontrado y además somos nuestros vicios. Pues eso que podemos ser el vicio de alguien y eso da miedo, y a la vez es muy guay. Muchos de los que estáis leyendo esto, pensareis que es una tontería y yo soy la primera que pienso que no puedo ser el vicio de alguien, pero bueno. También es verdad que la mayoría de nuestros vicios son secretos así que a lo mejor eres el vicio secreto de alguien.

Oye pero que seguramente seas el mío,

Buenas noches.




viernes, 2 de noviembre de 2012

Fuera hace frío.

Hoy en mi casa hace un día precioso, súuuuuper soleado. La luz del sol entra por las ventanas, ilumina cada escondrijo, una luz cálida para un día cálido. En cada armario hay un sol y sale más luz de ellos entre los abrigos.

Hace calor, es muy agradable. Varios secuestradores corren por mi casa y bailo mientras escapo de ellos. No tenemos teléfono, estamos solos, estamos disfrutando.  Más música, cantan cuatro chicas, también varias francesas y varios franceses y además se cuelan los Beatles para sobresaltarnos el corazón.

Incienso, las ventanas abiertas, no sé qué pasa fuera y tampoco me importa. Flores, guitarras, vino tinto. La televisión está encendida y su murmullo da un toque genial a todo. En mi mente oigo varias risas de niños, muchos colores corren por el techo jugando al pilla-pilla. Caramelos y helados.

"Dime a dónde voy." Si no sabes a dónde ir, este fin de semana tienes la puerta abierta. Te dejamos entrar a cantar, a bailar, a beber, a comer, a besar. Ven cómo quieras, ven cuando quieras, sólo tienes que empujar la puerta para entrar.

Si quieres dejar de tener los pies fríos, si quieres fumar, si quieres descansar, si quieres estudiar, si quieres ayudar, si quieres reír, si quieres llorar, si quieres hacer palomitas, si quieres grabar un vídeo o si quieres dar un concierto este es tu lugar.

El sol va a relucir hasta que nosotros queramos y si quieres saludar a la luna, vete a la terraza.





jueves, 25 de octubre de 2012

Una voltereta de leche y cafeína agitada

Tiene los pies fríos, se pone unos calcetines de rombos altos, con tonos rojos y azules, rápidamente, primero el izquierdo luego el derecho.
Empieza a caminar, la madera esta fría y enciende uno de sus cigarrillos. Suspira el humo y mientras, se para a pensar. 

Tiene los pensamientos fríos, se pone un calcetín de cerebro, lentamente, para recordar como debe quitárselo.
Sigue caminando y da otra c
alada a su cigarrillo. Sopla el humo y enciende la cafetera.

Tiene la nariz fría, se pone las manos delante de la cara y echa el aire para así calentar su nariz. Para poder moverla de arriba a abajo como un conejito. Recoge el cigarro que previamente había apoyado en un plato y aspira.

Tiene los pulmones fríos, se pone una mano en el pecho y la otra sujeta el cigarro de forma desafiante. Da una calada a su cigarrillo y hace círculos de humo en el aire.

Tiene el corazón frío y no se pone nada. Sabe que el corazón no se calienta con un jersey normal y tampoco con uno de corazón. Comienza a sonar la música y sus ojos expresan una queja (¡Por fin Spotify!) y una alegría (Música francesa para empezar la mañana).

Tiene las manos frías, vaso cuadrado y café. Dos cucharaditas de azúcar, una voltereta de leche y una cucharilla de té (las cucharillas pequeñas siempre le habían gustado) para agitar la cafeína. Sostiene el vaso con la mano izquierda, está caliente. Y con la otra mano sostiene el último aliento de su cigarro, una calada y lo deja a su suerte.

Suena la música, las ventanas están abiertas, todavía no ha amanecido y espera que en algún momento aparezca alguien con quien compartir el frescor de la mañana y convertirlo en calor.

Enciende una vela porque siempre le ha gustado como suena al apagarla y va directamente al baño, espejo, cepillo de dientes, agua.

Bosteza y...

Sigue teniendo los pies fríos.



jueves, 18 de octubre de 2012

Tengo el corazón encogido.

Me encanta darle explicaciones a todo, me encanta explicarme y me encanta entender las cosas. Suelo ser bastante despistada y suelo "cagarla" muchas veces pero, de esto creo que puedo estar orgullosa, lo hago sin querer.

Tengo el corazón encogido y es porque no entiendo nada. Me encanta mantener el contacto con las personas y quizás (bueno, esto creo que lo hago bastante mal) me preocupo menos por esas "amistades seguras" (las que sabes que pase lo que pase van a seguir ahí). Me encanta que la gente sepa lo que pienso de ellas, ya sea bueno o malo, esto no sé si es defecto o virtud pero creo que en la verdad siempre está la tranquilidad.

No entiendo las mentiras piadosas, salvo en unos pequeños casos. También me he dado cuenta que a la gente no le gusta dar explicaciones, porque las explicaciones siempre van de la mano de algo que tiene más o menos sentido o que "está bien hecho" o un "perdona, que la he fastidiado".

A la gente hoy en día no le gusta pedir perdón y tampoco le gusta decir la verdad, porque cuando dices la verdad te arriesgas a que te digan la verdad a ti también.

Pienso que la verdad da miedo y también da miedo que alguien llegue a tu corazón.

Por todo esto y mucho más, no voy a dejar de decir la verdad, no voy a dejar de creer en el amor, ni voy a dejar de creer en que la bondad existe.

"No dejes que nadie te haga más daño del que le corresponde y tampoco te creas con el poder de hacer daño, pase lo que pase."


Y aunque suene típico siempre hay una razón para sonreír.
Mientras vivas debes sonreír porque estás viviendo.

martes, 9 de octubre de 2012

En la bañera.

-Ya sabe lo que dicen, la ciencia llega donde llega y luego interviene Dios.

La espuma se forma en el agua con un champú amarillo y el agua corre alegremente hasta enseñarte que ella también puede ARDER.  El calor es lo que mejor se manifiesta en cualquier situación.

El calor del fuego, el calor del agua, el calor del viento, nuestro calor.

Calor, realmente en la vida sólo buscamos calor. Fuego que nos caliente el corazón, que nos caliente la sangre, que selle nuestros labios en un beso y que salgan chispas. Buscamos calor y, muchas veces, de forma errónea en una noche fresca de otoño. La verdad es que sea otoño o verano o cualquier otra época del año, hasta en el lugar más caluroso y en el momento más caluroso nuestro corazón puede ser más frío que el agua helada.

La soledad es frío. Queremos amor que sea fuego para que caliente nuestros corazones. Creo haber encontrado ese calor en los ojos de alguien inesperado, alguien que desea ser especial aunque ya crea ser especial.

Me gustan los relojes parados y estoy esperando a que el mío se pare cuando me enamore, el tiempo quiere enseñarnos a enamorarnos lentamente. 

I need (THIS) (a) men - Janis Joplin


¿Para qué vas a tocar solo si puedo acompañarte?

domingo, 30 de septiembre de 2012

Muerde la moneda

Todavía no entiendo bien que unos segundos cambien una vida, que una persona dé la vuelta a tu mundo, que dos o cuatro palabras cambien la dirección del planeta.

Todavía no entiendo bien las mentiras y tampoco entiendo que pudiendo decir cosas bonitas y agradables, nos llenemos la boca de barro y bichos. 

No entiendo por qué se mueve el mundo, no entiendo que haya gente que viva sin música, no entiendo que todavía nos atrevamos a juzgar a los demás.

Y la verdad es que la mayoría de cosas no es que no las entienda, sino que no las comparto. Creo en luchar por la gente, creo en gritarle a alguien que le amas, creo en los gritos en los susurros y creo en el amor, por encima de todas las cosas.

Y como dice una gran amiga mía: "La voluntad de Dios nunca te llevará donde la gracia de Dios no te proteja."

Lo más bonito es que lo diga con D mayúscula y porque lo ha recibido así.

Así que gracias a la vida por lo que soy, gracias por dejar que me comprenda, gracias por enseñarme a ver lo que quiero y gracias por permitir que me equivoque.

No voy a dejar ni un minuto de mi vida a manos de la maldad de otros, ni de mi vida, ni de las de mi alrededor.